Se aplica un poco de la crema exfoliante sobre la piel húmeda y se masajea suavemente. No conseguirás mejores resultados si lo haces lo haces muy fuerte, los tendrás por la frecuencia con que la practiques. Sí puedes masajear por más tiempo en las zonas más resecas de la piel como las rodillas, los tobillos y los codos.
Sin prisas, debemos dar tiempo a que la crema haga su efecto. Una vez que la hayamos extendido por todo el cuerpo, enjuagarla con abundante agua y no aplicar el jabón de siempre ese día. La frecuencia, al principio, debe ser de una vez por semana, posteriormente se puede disminuir a dos veces al mes. El cambio se nota, tendrás la piel radiante, limpia y tersa, con una apariencia sedosa.
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