Los nuevos duque y duquesa de Cambridge lucían buen aspecto el sábado tras una fiesta hasta altas horas de la madrugada con la familia y amigos y abordaron un helicóptero en los jardines del Palacio de Buckingham para realizar una pausa de fin de semana en una ubicación secreta en Gran Bretaña.
El príncipe reanudará su trabajo como piloto de búsqueda y rescate la semana próxima antes iniciar su luna de miel en una fecha no revelada, dijo la familia real en un comunicado.
"El duque y la duquesa de Cambridge decidido no salir de luna de miel de inmediato", indicó, usando los nuevos títulos otorgados por la reina Isabel al príncipe Guillermo, de 28 años, y a la antigua ex Kate Middleton, de 29.
"Los paraderos, tanto para el fin de semana antes de que el duque retorne al trabajo como para su futura luna de miel, que será en el extranjero, no serán revelados por anticipado", agregó el texto, ignorando la especulación febril sobre dónde irá la pareja.
El príncipe y la ahora duquesa de Cambridge, la joven que fue su novia durante casi una década, se casaron el viernes en la Abadía de Westminster en una ceremonia que cautivó al mundo.
Un millón de personas intentaron ver a los recién casados en su recorrido en carruaje descapotable desde la abadía al Palacio de Buckingham. Un periódico estimó que 3.000 millones de personas habían seguido la ceremonia por televisión y en línea en todo el mundo.
CEREMONIA CONSIDERADA UN EXITO
Expertos en realeza alabaron a la familia real por encontrar un equilibrio entre la pompa coreografiada, la ceremonia y la espontaneidad.
"Los británicos aún saben cómo combinar boato, solemnidad, romance (y sombreros estrafalarios) mejor que nadie en el mundo", escribió Sarah Lyall en el periódico the New York Times.
Guillermo llevó a su esposa desde Buckingham al palacio de St James en un Aston Martin descapotable de su padre en cuya matrícula podía leerse "recién casados". Sus besos en el balcón coparon las portadas de los periódicos del sábado.
El día finalizó con una fiesta por la noche para los amigos y familia de la pareja.
Medios británicos citaron a una invitada, Millie Pilkington, diciendo que los discursos de la fiesta fueron "absolutamente graciosos".
Los diarios también fueron inundados con fotos de la hermana de Middleton y la dama de honor Pippa con un vestido ceñido que atrajo un coro de aprobación.