Lo primero que debes tener en cuenta antes de entrar en una floristería es que el ramo de novia va a ser el elemento que más se va a lucir en todo momento. Al fin y al cabo es lo que llevas delante del vestido y todos tus invitados lo van a ver muy de cerca cuando se acerquen a saludarte .
El primer consejo es que te dejes asesorar por auténticos profesionales que hayan estudiado arte floral y no te dejes llevar por las fotos de los ramos de las famosas que hayas visto en las revistas, ni por las fotos de los catálogos de vestidos, porque puede que estos no vayan con tu estilo. Cada novia es un mundo diferente y cada una necesita un ramo distinto.
Para que te resulte más sencillo, vamos a darte una pequeña lista de los aspectos que más debes tener en cuenta:
La altura y cuerpo de la novia. No es lo mismo una novia alta que una novia de menos estatura. Las novias más bajas requieren flores más menudas y formas estilizadas. El tamaño del ramo debe ser proporcionado a ti.
La tonalidad de la piel, el color del pelo y de tus ojos. Una novia morena puede llevar colores más vivos, amarillos, fucsias …Si eres rubia, con el blanco o los tonos pastel no te equivocarás. Un toque de azul tampoco te va mal y te dará frescura, sobre todo si tus ojos son de ese color. Las pelirrojas pueden llevar colores fuertes, con destellos naranjas, en armonía con su pelo. Fíjate también en cómo vas a llevar el maquillaje, sobre todo tus labios.
El estilo, color y volumen del vestido. Un traje de corte clásico, con cola y velo largo, te pide un ramo con caída o de cascada que compense esa cola que vas a llevar. Dentro de lo clásico hay, a su vez, muchos estilos. Indica a tu florista cuál es el de tu vestido: romántico, corte Imperio… Es evidente que el color de la tela (blanco, marfil, con bordados, etc.) va a definir la selección de los colores de las flores. El volumen también influye decisivamente a la hora de realizar el ramo y hacerlo más o menos profuso y con flores más o menos grandes.
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