lunes, 25 de abril de 2011

La Tiara de Kate Middleton


La futura princesa de Inglaterra, al igual que toda novia real, se enfrenta en la larga lista de románticos preparativos nupciales a dos importantes elecciones: su vestido de novia y su corona. Con la ayuda de la propia Isabel II, y de el príncipe Guillermo, o de los expertos Catherine tendrá que encontrar su diadema de reina. No todas son apropiadas para la boda de una futura princesa. Hay piezas que jamás podrían convertirse en tiara nupcial bien por su sencillez, ya sea por su tamaño, el colorido de sus gemas o su leyenda.
El legendario tesoro de la reina Isabel custodia la colección más valiosa del mundo, que incluye tanto las joyas reales de Estado en la Casa de las joyas de la Torre de Londres, como las personales de la Reina, de la princesa Diana, de gran peso sentimental, así como de otros miembros de la Familia Real en una sala de Buckingham.

Las posibilidades son infinitas. Podría ser que el príncipe Guillermo quiera honrar una vez más la memoria de la princesa Diana y que pida prestada la tiara Spencer, que en estos momentos en poder de su tío materno, Charles Spencer, para que su prometida la luzca el día de su boda como hiciera su madre o, en su defecto, que mande hacer una nueva con las valiosas joyas que le heredó la princesa, una pieza sencilla sin relevancia histórica y con diseño actual. Pero también podría ser que la propia Isabel II le entregue la reservada y que lleve una de sus tiaras favoritas: la Fringe, la de las damas de Gran Bretaña e Irlanda o la Vladimir. Gesto que sería interpretado como el reconocimiento definitivo de la soberana.

La reina Isabel regaló a todas sus nueras  una tiara y un título. Se espera que haga lo propio con la futura esposa de su nieto, que conceda a la pareja un ducado el día de su boda y que regale a Catherine una diadema ligada a su historia. Los expertos reales barajan las más emblemáticas, aunque también la joven podría sorprender y coronarse con un precioso tocado de diamantes inesperado. Las apuestas iniciales contemplan:

Tiara Spencer : Lady Diana eligió la diadema familiar para sus nupcias con el príncipe Carlos, en 1981. De oro y plata y cuajada de diamantes -con cinco centrales, uno de ellos, de mayor tamaño y envuelto en un pequeño corazón-, destacada por el diseño con sus hojas, tulipanes, flores-estrella y los arcos de media luna. La pieza data del siglo XVIII, aunque, al parecer, fue montada en varias ocasiones. Han llevado la diadema también la hermana de Diana, lady Jane, el día de su boda (1978), y victoria Lockwood, la primera esposa de Charles Spencer, en sus nupcias (1989). Esta emblemática tiara no se ha vuelto a ver desde la muerte de la princesa.

Otras joyas que alberga el preciado cofre y que podrían ser del gusto de la novia real son la tiara de la duquesa de Teck, engastada con diamantes con arcos de media luna y gavillas de trigo en oro y plata; la diadema de Rosa de Strathmore, un sencillo diseño de flores silvestres que el padre de la reina madre le regaló cuando se casó en 1926 con el duque de York, futuro Jorge VI, y entre muchas otras la diadema Rundell de la reina Alejandra, que no ha sido vista en décadas… Lo que es seguro es que la celebración de la boda de Guillermo  y Catherine Middleton marcará un antes y un después en el uso del legendario tesoro.

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